Proyecto Educativo Común de la Compañia de Jesús

Proyecto Educativo Común de la Compañia de Jesús

Tengo el placer y el privilegio de presentarles el texto del Proyecto Educativo Común de la Compañía de Jesús en América Latina (PEC) aprobado recientemente por la 11ª Asamblea de la CPAL que tuvo lugar en Florianópolis, Brasil, del 26 al 30 del pasado mes de abril.

Ese texto es el resultado de muchas y amplias consultas y de un intenso y esmerado trabajo, durante los dos últimos años, sobre todo por una comisión constituida por representantes de la CPAL y de nuestros tres sub-sectores educativos designados por los responsables de AUSJAL, de FLACSI y de la Federación Internacional de Fe y Alegría. Ese trabajo tuvo como punto de partida un análisis profundo y pormenorizado de los proyectos educativos ya existentes en la Compañía de Jesús latinoamericana, sea en el ámbito de asociaciones o coordinaciones provinciales del sector o de las tres entidades que representan los tres sub-sectores y que acabamos de mencionar.

En sus diversas etapas de elaboración el texto del PEC pasó por repetidas revisiones para acoger e integrar en él las valiosas y pertinentes propuestas y sugerencias que nos eran enviadas. Antes de su presentación a la 11ª Asamblea de la CPAL, el texto fue de nuevo sometido al examen de grupos cualificados, como fueron, por ejemplo, los participantes de la 4ª Asamblea de la FLACSI, que tuvo lugar en Florianópolis, Brasil, de 2 a 9 de abril, y también los participantes del 3º Encuentro de Homólogos de Educación de AUSJAL que se celebró en Lima, Perú, del 13 al 15 del mismo mes de abril. El texto fue acogido con muchos elogios y hasta diría entusiasmo por esos grupos.

En la Asamblea de la CPAL, en Florianópolis, antes de someter el texto del PEC a la aprobación de los participantes, se les ofreció la oportunidad de hacer sus observaciones y comentarios. La gran mayoría elogió el texto y realzó su importancia para nuestro esfuerzo educativo en el momento actual. Se hicieron, sin embargo, algunas valiosas sugerencias que hemos tenido en cuenta antes de enviarles el presente texto y que han resultado en algunos cambios, sobre todo en lo que toca al orden y organización del material presentado, para reforzar así la fuerza y claridad del texto. Juzgamos que hoy día en América Latina todos los retos enumerados en el PEC, al describir el contexto en que debemos trabajar, son importantes y relevantes, comunes a todos, y corresponden a las preocupaciones manifestadas durante la 11ª Asamblea de la CPAL.

No quisimos colocarlos en orden de prioridad porque creemos que eso puede ser mejor realizado en cada Provincia o Región donde trabajamos. Es en aquellos ámbitos que se puede definir mejor cuáles desafíos, cuáles necesidades y cuáles objetivos específicos deberían recibir mayor atención, aquí y ahora. El texto del PEC, como su mismo nombre indica, debería subrayar lo que es común a todos. Tampoco juzgamos prudente dar mayor énfasis del que ya le da el texto a algunos desafíos de naturaleza más socio-económica y socio-política para no perjudicar la aceptación y aplicación del PEC en instituciones educativas, sobre todo de nivel superior, que tienen ciertamente una clara misión apostólica y transformadora de la realidad, pero que, en algunos aspectos, es menos directa y explicita que obras y ministerios de naturaleza más pastoral. Creemos que, preservando y respetando el texto aprobado del PEC, cada Provincia, Región o sub-sector educativo podrá, al aplicarlo, enfatizar, en el grado que juzgare necesario, aquellos aspectos del contexto que reflejan necesidades o circunstancias propias y específicas de cada realidad nacional, provincial o local. Cuando se habla de la gestión y aplicación del PEC, al final del documento, se piensa en un pequeño equipo que pueda ayudar proponiendo medios y elaborando criterios e indicadores que permitan a cada Provincia, Región, sub-sector o institución educativa, verificar si el PEC esta siendo realmente aplicado y en que grado. Es evidente que la responsabilidad de esa aplicación no es de ese equipo sino de las autoridades responsables en cada uno de aquellos ámbitos o niveles. Ningún texto se puede considerar definitivo. El pasar del tiempo y nuestros esfuerzos para aplicar el PEC a la realidad de nuestras instituciones educativas, podrán colocar en evidencia la conveniencia o necesidad de un día modificarlo.

No excluimos absolutamente esa posibilidad. Pero juzgamos que el texto que les enviamos es ya muy bueno, inspirador y motivador, refleja el vigor de nuestro apostolado educativo y, al mismo tiempo, invita a cambios significativos que exigirán de muchas instituciones cierta osadía y una revisión de paradigmas. Esos cambios, necesarios para adecuar nuestra labor educativa a las necesidades del mundo de hoy, pueden contribuir para mejorar y reforzar nuestro compromiso e identidad en el campo de la educación en América Latina. También creemos que ese texto puede ofrecer una excelente base para un fructuoso diálogo, intercambio y colaboración con otros sectores apostólicos y, de un modo particular, con otras entidades educativas, fuera de la Iglesia y de la Compañía, tanto en el sector privado como público. El PEC representa lo que como educadores creemos y deseamos ver encarnado en la realidad de nuestras instituciones educativas en América Latina, en virtud de la misión que nos inspira y anima y del carisma que como Compañía de Jesús nos caracteriza. El PEC representa los valores y principios que tenemos en común, nuestra identidad corporativa en el campo educativo, y que nos gustaría compartir con todos aquellos que colaboran con nosotros y también dar a conocer y compartir con otros, fuera de la Compañía de Jesús y de la misma Iglesia, pero que trabajan en ese mismo campo: un campo de fundamental importancia para el mundo de hoy.

Francisco Ivern, S.J. - Presidente de la CPAL Río de Janeiro, 5 de mayo de 2005.

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