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Lucila Navarrete Turrent
Cursa el sexto semestre de la Licenciatura en Comunicación en la UIA
Torreón. Sus poemas aparecen en el disco compacto Acequias
de poesía |
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La evolución del hombre, que ha
compactado sus posibilidades en cuanto a temporalidad, sugiere nuevas
formas de discusión y modalidades ya no filosóficas, sino de
pensamiento y acción, para generar una propuesta activa que se enfrente
a la realidad tecnificada, cambiante y renovadora, ante la cual nos
encontramos actualmente.
El espacio y tiempo en el que hoy nos ubicamos nos plantea uno de los
grandes problemas que devienen del pluralismo ético y el relativismo
moral. Esto como consecuencia de varios factores imperialistas que se
han dado en Occidente. Con esto quiero decir que la evolución del
individuo occidental, sobre todo en términos de modernidad y
posmodernidad, le ofrece a este mismo condiciones cada vez más
adversas, inciertas y sobre todo, ambiguas. Y con esto podríamos
explicar de alguna manera el individualismo exacerbado y la evasión de
la realidad a la que nos sometemos hoy por hoy, con la devastación
desde el núcleo familiar hasta las grandes sociedades, culturas y en
general, las grandes masas.
Los problemas pues, a los que nos enfrentamos como seres humanos,
inquietan a diversas áreas del conocimiento, tanto científicas como
humanistas. Lo que he deseado analizar a continuación es precisamente
una posibilidad de superación universal que conlleve una forma de
actuar distinta y una propuesta uniforme sin dejar de lado la
creatividad de la libertad individual y cultural. Me refiero a la Hermenéutica,
sin duda una de las grandes corrientes de pensamiento que adquiere
formalidad con los postulados de Heidegger a principios del siglo pasado
y ha venido evolucionando hasta la actualidad.
Marco de definición
con respecto a Heidegger
El proyecto moderno sufre su ruptura más fuerte con el nihilismo
nietzscheano de los valores hebraico–cristianos. La posmodernidad le
cuestiona a la historia europea su afán de legitimación metafísico–historicista.
El proyecto idealista de Hegel, la Ilustración y el Romanticismo
fracasan con el surgimiento de la posmodernidad ya iniciada en la
vanguardia y después acrecentada con el existencialismo, el nihilismo y
el individualismo.
A esto le agregaría Nietzsche que la comprensión y practicidad del
mundo en términos de continuidad rememorativa, resulta propia para una
humanidad que vive en una época de relativa seguridad y que no siente
necesidad de soluciones y afianzamientos extremos que busquen un
pensamiento fundamentador.
La inquietud por parte de filósofos,
científicos, psicólogos, teóricos e historiadores, ha dado lugar a
nuevas formas de apertura y comprensión social e histórica de la
evolución y el individuo. Una de ellas es precisamente la Hermenéutica.
En su obra más importante, El
ser y el tiempo, Heidegger afirma que como seres humanos
estamos irreductiblemente ligados unos a otros en un mundo material, y
por tanto, el ser es un ser–en–el–mundo.
De Husserl retoma a la conciencia del sujeto como un significador, pero
le da un giro hacia una conciencia en la cual somos incapaces de
objetivar completamente la realidad, y lo que más bien solemos hacer,
es darle muchos significados. “La conciencia humana es un diálogo con
el mundo”, esta frase encierra la capacidad del hombre como
ser–social, como ser–lenguaje, como ser–interpretador.
Para Heidegger la existencia
humana es un proyectarse hacia delante y el tiempo (no la historia) es
de lo cual está hecha la estructura de la vida humana, su dimensión es
el lenguaje y esto le permite al mundo llegar a existir. La explicación
acerca del lenguaje como pre–existente en relación con el sujeto
individual, nos recuerda el platónico mundo de las ideas, sin embargo,
el contenido es veraz no simplemente para intercambiar información,
sino para dar lugar a que la realidad se descubra a sí misma.
Para Heidegger “el arte (y también
el lenguaje) no ha de considerarse como expresión de un sujeto
individual. El sujeto es únicamente el medio o el lugar donde habla la
verdad del mundo”.
La interpretación no es algo que debemos hacer como una crítica o una
actividad, sino algo que debemos dejar que suceda pasivamente. Así,
Heidegger determina a su filosofía como una “hermenéutica del ser”
o “arte de la interpretación” encaminado a realizar interpretación
histórica, social, artística, científica...
La ética del discurso hermenéutico
La historia del pensamiento, en términos de Hermenéutica, sugiere
darle significaciones a los acontecimientos dejando a un lado la
parcialidad para entrar en los terrenos de la expansión polisémica.
Aunque esto parezca complicar las cosas, la Hermenéutica resulta
esperanzadora desde que desea conciliar y hacer dialogar a las partes y
el todo. No pretende dar soluciones inmediatas a los problemas, sino
acercarnos a la posibilidad de la verdad desde su distintas caras y
formas, de manera objetiva. Estos temas los ha manejado bien el gran
pensador italiano Gianni Vattimo, que con su estilo lógico y a veces
brusco que se entremezcla con la semiótica, desglosa las desgracias y
victorias de Occidente.
Lo que Vattimo quiere decirnos en su libro Ética de la interpretación
es que observemos detenidamente al Occidente en términos de
legitimización. Recordemos que el posmodernismo (principalmente el
nihilismo nietzscheano) le cuestiona al modernismo metafísico–historicista
el archai o Grund:
el ser como principio o fundamento. La cuna de Occidente nos
ha venido heredando históricamente el incesante afán por etiquetar,
legitimar y coronar procesos y “respuestas” a cuestionamientos.
En cuanto a la filosofía, Vattimo
expresa que “...por mucho que no pretenda fundamentar metafísicamente,
la filosofía desde el positivismo al neokantismo y desde la fenomenología
a las varias formas del neopositivismo, sigue pretendiendo fundamentar
‘metodológicamente’ las restantes formas del saber”.
La inquietud que genera la Hermenéutica como filosofía o pensamiento
es la inquietud de muchos estudiosos en su afán por situar a esta
corriente de pensamiento en algún lugar. De aquí que surja como una Koiné
filosófica, que sin embargo, trae implicaciones serias por su carácter
emancipador hacia la filosofía que fundamenta.
Con respecto al ser, Vattimo hereda de Heidegger una descripción que no
viene a mostrar una estructura, sino a relatar un acontecimiento. Con
esto retoma la rememoración del pasado de Gadamer y Heidegger (Andenken), pero se preocupa
por el ser que en su crisis de la existencia tecnológica es ya un Ge–Stell
(un ser más volcado hacia lo técnico que hacia su naturaleza).
Es imposible detenernos en los
problemas que se han presentado en cuanto al carácter situacional de la
Hermenéutica, ya que considero que su capacidad interdisciplinaria no
puede obligarla a determinarse como “algo”. El avance del
pensamiento filosófico aunado a los avances de la historia del hombre
le han pedido a esta corriente de pensamiento que deje de estar bajo el
estandarte de la filosofía o de cualquier otro carácter que la
parcialice.
“En cuanto a la diferencia entre las ciencias formales y las ciencias
hermenéuticas, hay que tomar en cuenta que ambas están preocupadas por
la interpretación del lenguaje, pero para las ciencias formales
interpretar un lenguaje es asignar significado a los términos de la
estructura lógica. Este significado es unívoco, de tal manera que
aquel que no lo acepte queda fuera del juego; en las ciencias hermenéuticas,
en cambio, el significado está dado por todo el conjunto, además queda
fuera del juego el que acepte significados unívocos.” Las posibilidades de la Hermenéutica
sugieren que una interpretación pretende analizar un discurso o una
acción para obtener la comprensión del mundo que nos rodea e incidir
en el curso de las acciones. La Hermenéutica le prohíbe al análisis
prejuiciar o enjuiciar. “Ante una situación histórica dada podemos
preguntarnos: ¿cómo actuó fulanito? y describir sus acciones; una vez
hecho esto podemos preguntarnos: ¿por qué actuó así? y dar una
interpretación de ello. En un segundo sentido, tomamos el texto
precisamente como el vehículo de la interpretación, es decir, la
interpretación se expresa de alguna manera. Y llamamos también texto a
esa expresión y como tal es también accesible a una interpretación.”
Los textos son inagotables porque versan sobre lo simbólico multívoco.
Sin embargo, no debemos dejar de lado la importancia que tiene la
interpretación por un individuo dado en una circunstancia o en un
evento que le ha permeado. El ser–en–el–mundo es acontecer, de tal
manera que una cultura le dará referencialidad y perspectiva al acto
interpretativo. Si bien es cierto que el acto de interpretar es libre,
no debemos dejar de lado la importancia que tiene en el interpretante un
contexto que le impulse a la creatividad y a la apertura. Restringir y
limitar puede ocasionar fuertes problemas en el análisis
interpretativo, ya que es muy posible caer en la parcialidad y por lo
tanto, descalificarse como hermenéutico. Así pues, la acción hermenéutica
requiere de un entendimiento y consecuentemente de una comprensión:
“...las nociones ‘entender’ y ‘comprender’ cohesionan a un
grupo social, es decir, que hay algo común para que pueda haber una
relación intersubjetiva.” Para comprender es necesario que
haya un elemento extraño o ajeno a las condiciones a las que el
interpretante pertenece. Aquí juega un papel importante el círculo
hermenéutico, que consiste en partir de una interpretación para hacer
otra; el punto inicial es una preconcepción que se va modificando en el
transcurso de la revelación o la interpretación de un texto o evento.
El círculo
hermenéutico no regresa a su origen, sino que se dinamiza
hasta lo inagotable.
Para la Hermenéutica, la verdad se mueve en el contexto de la
discursividad y la interacción. Si algo se sostiene como verdad en una
sociedad, esto quiere decir que será verdad para cualquier otra
sociedad desde el punto de vista del análisis racional–trascendental
que permita abrirse a todas las posibilidades.
La versión universal de la verdad para la Hermenéutica no tiene nada
que ver con la imposición de signos, sino con el respeto a las
posibilidades de creatividad y cosmovisión cultural: en esto radica la
libertad y la verdad para la Hermenéutica.
Bibliografía
Arriarán Samuel y Sanabria José Rubén (comps.), Hermenéutica,
educación y ética discursiva, Universidad Iberoamericana, México,
1995.
Beuchot Mauricio, Hermenéutica, lenguaje e inconsciente,
Universidad Autónoma de Puebla, México, 1989.
Eagleton Terry, Una introducción a la teoría
literaria, FCE,
2da. ed., México, 1998
Vattimo Gianni, Ética de la interpretación,
Paidós Studio, Barcelona, 1991.
Vattimo Gianni, Más allá del sujeto, Paidós
Studio, 2da. ed., Barcelona, 1992.
Notas
Eagleton Terry, Una
introducción a la teoría literaria, FCE,
2da. ed., México, 1998, p.84.
Vattimo Gianni, Ética
de la interpretación, Paidós Studio, Barcelona, 1991, pp.
39–40.
Alcalá
Campos Raúl, “Implicaciones epistémicas de la hermenéutica” en Hermenéutica, educación y ética
discursiva, Universidad Iberoamericana, México, 1995, p. 73.
Ibídem,
p. 75.
Ibídem,
p. 81. |