e  d  i  t  o  r  i  a  l 
 

La Prospectiva 2002—2011 es clara en el planteamiento de la misión que encara el Sistema UIA-ITESO. Sus líneas son:
  • La investigación en los problemas más apremiantes de la sociedad mexicana,
  • La generación de pensamiento social,
  • La generación de propuestas de modelos de desarrollo sustentable social, económico y cultural y de las políticas públicas que de ellos se deriven,
  • La promoción de programas y proyectos de desarrollo comunitario,
  • La formación integral de agentes de cambio que respondan a los compromisos regionales, nacionales y a problemas comunes con Latinoamérica.

      Como eco de lo que se proyecta para todo el Sistema UIA—ITESO, la Ibero Torreón ha impulsado, entre otras áreas, la profesionalización de sus publicaciones y, en consonancia con la hora que vivimos, el desarrollo completo de la tecnología que las ponga al alcance del lector. Gracias a eso, espacios como Acequias han logrado perdurar en su soporte habitual, el de papel, y recientemente ha multiplicado sus posibilidades de difusión gracias al lanzamiento de sus páginas en Internet, lo que posibilita una cobertura mucho más cuantiosa y significativa.
      Si en efecto el papel ahuesado de Acequias ha visto crecer de manera gradual su número de receptores y colaboradores, el hecho de que ahora —en la red de redes— pueda llegar a más personas, agiganta el compromiso de mejorar en todos los sentidos. A eso aspira precisamente la invitación constante, siempre pertinaz, dirigida a quienes se quieran sumar con sus ideas a este anhelo de continuar el armado de una revista propositiva, abierta y crítica. El cuarto certamen Agustín de Espinoza, sj, cuya convocatoria aparece en este número, es un espléndido foro para acercarse a las páginas de Acequias, cuando se encuentra a pocos pasos el quinto aniversario de este espacio. Ojalá Acequias y los certámenes que surgen en su seno logren incitar, como hasta el momento, a quienes todavía albergan en su espíritu sueños de libertad y de justicia, objetivos ambos que nunca debemos extraviar, nunca.


Jaime Muñoz Vargas