En 1982, apenas con un puñado de carreras y de alumnos, la Ibero comenzó su andanza en las instalaciones de la Pereyra "chica" (Colegio de la Compañía de Jesús), y unos años después dio inició a la edificación del plantel que hoy ocupa su población administrativa, académica y estudiantil. Desde entonces, pues, el crecimiento de la Universidad se ha dado gracias a una suma de esfuerzos que involucra a patronatos, funcionarios, trabajadores, maestros, estudiantes, padres de familia y autoridades, todos comprometidos con la cristalización de este proyecto encaminado a ofrecer una educación superior inspirada en el humanismo ignaciano. A veinte años de su nacimiento en La Laguna, la UIA puede hacer un balance en el que de seguro encontrará los números negros de una misión cumplida y -lo que es más importante- en cotidiana mejoría.
Acequias, por su parte, llega también, con ésta, a su salida número diecinueve. Junto con la presente entrega en su soporte tradicional, nuestra revista aparecerá desde ahora en internet dentro de la página perteneciente a la UIA Torreón. Este avance es significativo, ya que aumenta las posibilidades de recepción de un medio que durante cinco años ha logrado cosechar, en México y fuera del país, la fidelidad de numerosos colaboradores y lectores. Asimismo, otras publicaciones de la Ibero gozarán de la catapulta virtual, ya que se ha instalado en la red el catálogo completo y actualizado de ediciones auspiciadas por la Universidad.
Y en el plano de los certámenes, desde esta fecha queda abierta la convocatoria para el segundo concurso "Padre Arrupe, Ser hombres y mujeres para los demás". En esta ocasión, el tema tiene que ver con el arte y solicita ensayar la "Presencia ignaciana en la expresión artística".
Estas noticias, creemos, apuntan en un mismo sentido, el sentido que desde hace veinte años ha sido enfatizado en la uia Torreón: crear un faro de humanismo en las tierras del Nazas.
Jaime Muñoz Vargas
