Aviso de ocasión
para docentes

Brenda Moreno Sarmiento
  BRENDA MORENO SARMIENTO
Licenciada en Diseño Gráfico y candidata a maestra en Educación y Desarrollo Docente. Profesora de tiempo en el Departamento de Arquitectura y Diseño en la UIA Torreón.

Como cada domingo, muy temprano en la mañana, me acompañé de una deliciosa taza de café y de mi fiel periódico para sentarme en el sofá, dispuesta a seguir mi rutina placentera de devorar con la pupila cada sección del diario.
      La lectura era fluida hasta que me topé con un inusual aviso de ocasión, que me llamó fuertemente la atención:

URGENTE
SE SOLICITAN MAESTROS CAPACES, PROPOSITIVOS, REFLEXIVOS Y COMPROMETIDOS PARA LA REVISIÓN DE LAS CURRÍCULAS DE IMPORTANTE INSTITUCIÓN EDUCATIVA DE NIVEL SUPERIOR. INTERESADOS COMUNICARSE...

      Mi oficio actual es la docencia en una universidad de la región; esa fue una de las razones que me hicieron sentirme atraída por la nota. En seguida me pregunté, tratando de ubicarme en las características solicitadas, ¿soy un docente capaz?, ¿propositivo?, ¿reflexivo?, ¿comprometido?
      Después de esto, mi mayor incógnita fue definir la parte que decía: "para la revisión de las currículas..." Por supuesto que había escuchado el término currícula, pero no podía establecer una concepción clara en mi mente.
      Me levanté y fui directo a la computadora, dispuesta a resolver la confusión, consultando algunas fuentes. Me preguntaba, ¿será lo mismo currícula, currículo y currículum?
      En una revista electrónica, editada por la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior (ANUIES), encontré un artículo titulado "El currículo", escrito por Fernando García y Ricardo Mercado, en el cual mencionaban que el término currículum ha planteado algunos problemas relacionados con su definición, ya que las acepciones que se le han dado son diversas y oscilan entre extremos de interpretación. Y me dije ¡cierto!, por eso tanta confusión. Pero seguí buscando y en un texto de Gimeno Sacristán, especialista en el tema, leí lo siguiente:

      El currículum es un concepto de uso relativamente
      reciente entre nosotros con la acepción que tiene
      en otros contextos culturales y pedagógicos en los
      que cuenta con mayor tradición. En nuestro len-
      guaje común no es normal su uso. Ni el Dicciona-
      rio de la Real Academia Española de la Lengua ni
      el de María Moliner lo recogen en su acepción
      pedagógica. Otros diccionarios especializados sólo
      lo han tomado como concepto pedagógico muy
      recientemente.1

      Ahí fue cuando pensé ¡con razón!, y aún más interesada en el tema seguí consultado sobre el currículum, a fin de clarificar el concepto. En ese afán de consulta encontré elementos muy interesantes que me gustaría compartir, ya que me ayudaron muchísimo a redefinir el término y considerar aspectos importantes ligados a él.

 

 

 
      Por ejemplo, encontré que según Schubert el concepto más clásico y usual de currículo lo define como "El conjunto de conocimientos o materias a superar por el alumno dentro de un ciclo, nivel educativo o modalidad de enseñanza."2
      Pero, según investigué, este concepto se queda corto con todas las implicaciones que el término abarca. El currículum no sólo es la forma material, mejor dicho, lo que conocemos como "el plan", eso sería tan sólo la currícula. El currículum involucra a los sujetos, las ideologías, los valores inferidos a los contenidos, las actividades, las acciones y los materiales, entre otras cuestiones.
      El diseño del currículum se encuentra estrechamente ligado a la cultura, como menciona Schubert, "son el enlace entre la sociedad y la escuela."3 Antes de esta consulta yo tenía la idea de que estos diseños eran responsabilidad única de las instituciones o del mismo Estado, en caso de las escuelas públicas y que además, eran intocables e incuestionables. Pero, ¡estaba equivocada!
      Gimeno Sacristán afirma que "Aunque el profesor no es el único agente que diseña el currículum, le corresponde un papel muy importante en la práctica. Independientemente de que se quiera o no, los docentes son activos profesionales en el desarrollo curricular, ellos siempre participan en el mismo."4
      Es aquí donde recordé y reflexioné que cuando aceptamos impartir una materia, los administradores nos dotan, por lo general, de uno o varios documentos que contienen los objetivos generales y particulares de la materia, la metodología a seguir, los temas a dar e incluso, aveces, las actividades a realizar, los tiempos establecidos para cada una, la forma de evaluar y la bibliografía básica. Sin embargo, no por tener al alcance estos datos podemos considerar que el trabajo está resuelto. Si así fuera, cualquiera podría ejecutar nuestra función.
      El reto o más bien el compromiso de nosotros los docentes es otro. Aquí es donde asocio y comprendo el porqué de las características que citaba el aviso de ocasión: "...maestros capaces, propositivos, reflexivos y comprometidos para..." Esas y otras características deberíamos reunir los profesores para poder ejercer nuestra actividad, no sólo en este tiempo, ya que tales virtudes aplican a los docentes de todos los tiempos.
      En nuestras manos está ser gestores del ejercicio que realizamos. Debemos ser capaces de analizar la estructura oficial que se nos presenta, conocer e identificar la misión institucional, el perfil de alumno que se pretende lograr, interesarnos por conocer el plan de estudios, no sólo de nuestra materia. Debemos adecuar nuestros objetivos y actividades a las necesidades de nuestro tiempo, de nuestra sociedad y sobre todo, a las necesidades específicas del grupo.
      Sobre estas necesidades del grupo encontré un escrito de César Coll que menciona lo siguiente: "Todos los alumnos tienen por definición, necesidades educativas; existiendo necesidades educativas que son compartidas por todos los alumnos y las que son específicas de cada alumno."5
      Debemos ser capaces de modificar y proponer, para no parecer un simple rebaño, siguiendo al pastor. La idea es ser agentes proactivos. Acerca de esta posibilidad de plantear modificaciones de una currícula, Coll afirma que:

      El diseño curricular debe ser un proyecto abierto
      a las modificaciones y correcciones que surgen du-
      rante su aplicación y desarrollo. Su estructura debe
      ser suficientemente flexible para integrar, e incluso
      potenciar, esas aportaciones en un proceso de
      enriquecimiento progresivo6.

      ¡Ah!, qué agradable sensación la de soñar cosas deseables, pero irreales. No cabe duda que los sueños son capaces de crear escenarios muy estimulantes para nuestro despertar. Hoy por ejemplo, despierto feliz de haber podido fantasear con el placer de beber una taza de café, -hecho difícil por mi salud gástrica- o de tener el tiempo para sentarme tranquilamente, una mañana de domingo en el sofá, a leer el diario -momento soñado, pero inexistente en mi vida, por mis labores de madre, esposa y especialmente, de ama de casa-; pero sobre todo, poder imaginar la oportunidad de encontrarme en el periódico un aviso de ocasión inusual, que me ayudó a poner a trabajar la cabeza toda la noche, repasando y estructurando todo lo aprendido en mi clase de Teoría y Diseño Curricular...


1 Sacristán Gimeneo en "Antología de Teoría y Diseño Curricular", p. 39.
2 Ibídem, p. 40.
3 Idem.
4 Sacristán Gimeneo, Comprender y transformar la realidad, 1994, p. 417.
5 Coll César, "Antología de Teoría y Diseño Curricular", p. 157.
6 Ibídem, p. 132.