Un camino Entre Signos*

Mariana Ramírez Estrada
  MARIANA RAMÍREZ ESTRADA
Egresada de la licenciatura en Ciencias Humanas. Colaboradora en la Coordinación de Difusión Editorial y profesora de asignatura en el Departamento de Humanidades de la UIA Torreón.

La obra que esta noche nos reúne, Entre Signos, tiene la propiedad de otorgar al interesado un acercamiento que dirige su atención y esfuerzos no sólo a los aspectos estructurales de la lengua abordados por la lingüística y la gramática, sino que abundando en las palabras como células de significado, ahonda en las creaciones estéticas que tienen como materia prima el intencional manejo expresivo del lenguaje y en sus dos capítulos finales nos brinda un acercamiento al cuento y la novela en el ámbito de la narrativa; y otra aproximación a la poesía, música de palabras.
      Mi intención no se dirige a darles un solemne y detallado recuento de la estructura del texto, de su contenido explícito por capítulos o temas; no, más bien se orienta a lo significativo, a lo que Entre Signos me transmitió en un sentido más profundo. Además, un acercamiento puramente descriptivo le restaría sorpresa al encuentro que ustedes puedan tener con el texto.
      Luis Fernando Brehm, autor de este libro, logra conjugar en él propiedades que es necesario destacar: un profundo interés por la palabra en sí, y por ésta como medio de relación­comunicación del hombre consigo mismo, con los demás y por ende, con el mundo. Por otra parte, un interés pedagógico que se manifiesta en la atrayente sencillez con la que aborda los diversos -y siempre minuciosos- temas, desglosando las entrañas de la lingüística y la gramática, orientando al lector en la problemática e importancia de estos campos de estudio, con una amena tendencia que nos muestra los fundamentos y a través de ellos, la trascendencia de reconocer el vital papel que juegan en nuestra vida cotidiana. Finalmente, en cuanto a las guías para acercarse a los textos literarios, con el mismo interés y entusiasmo, da herramientas de análisis, pero sobre todo, de apreciación, de gusto por estos tejidos de signos y significados.
      Lo anterior se deriva del trabajo de Brehm en el aula, que entre muchos otros espacios, es el que por excelencia ofrece el ambiente propicio para revalorar la importancia tanto del buen uso de la lengua, como de los alcances que por este medio podemos lograr. Prefiero decir buen uso de la lengua que uso correcto, que me parece más rígido, porque de alguna manera comparto la visión que ofrece Entre Signos: no es posible instaurar reglas cuando se ignora la dimensión que nos ofrecen; por lo tanto, se trata de resaltar esta importancia y por supuesto, sus bondades, para que por sí mismo, cada quien asimile estas razones. Porque como el propio autor afirma:

Todo texto está armado desde sí por el sentido de organización de alguien. El objeto, sea lingüístico o no, se ofrece como un ser de signos, como un signo en sí. El receptor, al estar en relación con lo otro, necesita codificar a la otredad para entrar en relación profunda con ella. Para descubrirla, es indispensable que el receptor maneje el o los códigos signícos de la otredad. Por ello, es preciso conocer la lengua, las lenguas, su sistema y su realización, así como los lenguajes y los resortes de la producción que los impulsan a ser (p. 11, las cursivas son mías).

 

 

 
      De la cita anterior, hay para mí cuatro aspectos clave: uno es la relación que existe entre nosotros (los receptores) y lo otro (en este caso, la lengua y sus construcciones), que de hecho se da y estamos inmersos en ella, querámoslo o no. Enseguida, que si realmente nos lo proponemos esta relación no se queda sólo en ese nivel superficial, sino que puede ser profunda, aportándonos una riqueza que no encuentra mesura en los parámetros utilitarios, aunque también los cubre porque es una riqueza que se inscribe en la vivencia cotidiana, dándole otra intensidad a esa relación con lo otro vía la lengua. Pero esto hay que descubrirlo, encontrarlo frente a frente, con sinceridad, para asimilarlo y convertirlo en propio y este descubrimiento sólo se transforma en una posibilidad con la intervención del conocimiento, pero troncado en necesidad real (recordemos que casi al final la cita dice "es necesario conocer") y asimismo, ver a este conocimiento en su condición de paso final en este tránsito hacia la interiorización de la lengua.
      En estos días, con la rapidez y ventajas que nos proporciona la tecnología, somos más aptos para desenvolvernos a un ritmo de vida muy abarcador y acelerado. Estoy segura, de que los beneficios de estos instrumentos tecnológicos que nos facilitan la vida son innegables. Pero como instrumento, como herramienta de comunicación y creación, cabría preguntarnos si le damos la justa dimensión e importancia a la lengua. Creo que no, así me lo ha demostrado mi experiencia al dirigir cursos de redacción o talleres de expresión escrita: ahí he afirmado ante los jóvenes preparatorianos o universitarios, que si desconocemos esta importancia, simplemente nos aislamos porque en lo que sea que hagamos en la vida, hay que reconocerlo, todos necesitamos de esta herramienta.
      Y afortunadamente, la lengua nos brinda su flexibilidad, nos acoge sin rencores por olvidar un poco o en exceso su carácter fundamental: al ser un medio vivo, en movimiento, nos permite entrar en ella en el instante en que así lo decidamos, lo deseemos, para ser partícipes de su riqueza, para desentrañar sus sentidos, para decir en ella, por ella y con ella. Para abrirnos a nosotros mismos y a los demás, a nuestra realidad circundante, descubriendo su multiplicidad. Así que literalmente, tenemos esta fuente inagotable al alcance de la mano por la escritura, y hasta donde llegue nuestra voz, por la palabra que pronunciamos.
      Un camino Entre Signos permanece abierto para nosotros, pero sólo si nos decidimos a relacionarnos profundamente con él, si realmente deseamos descubrirlo y aún más, conocerlo, podremos transitar a través de él con paso firme, con un andar colmado de sentido.

* Texto leído en la presentación del libro el 23 de agosto de 2001.

Brehm C. Luis Fernando, Entre Signos, Paradigma Ediciones, México, 2001, 145pp.