El imán de los archivos
Entrevista a Stella María González,
directora del Archivo General
de la Nación

Renata Chapa
  RENATA CHAPA
Licenciada en Comunicación por la UIA Laguna y maestra en Educación Superior con especialidad en Investigación. Actualmente es docente en el área de Historia y de Comunicación del ITESM, Campus Laguna y colabora en la sección editorial de El Diario de Chihuahua.

El 22 de junio del 2001 fue inaugurado el Instituto de Investigaciones Históricas de la UIA Laguna. Para la ocasión, la doctora Stella María González Cícero, actual directora del Archivo General de la Nación (AGN), fue invitada a ofrecer una conferencia magistral en el Auditorio San Ignacio de Loyola. González Cícero es doctora en Historia por el Colegio de México, ha trabajado en numerosos archivos de la república, además de ser autora de un amplio material referente al trabajo en archivos y bibliotecas.
      La presente entrevista fue entablada con la doctora González Cícero al final de su conferencia en la Ibero Laguna.

 

 

      -¿Cuáles son las principales actividades que desarrolla el AGN?
      -El archivo tiene dos grandes vertientes: la primera apunta hacia adentro, hacia su propio acervo y ahí nuestra intención no sólo es la de levantar un inventario muy definido y acucioso, sino también, avanzar en la descripción de los fondos que nos faltan. Este año estamos terminando lo que se conoce como Argena, que es un disco compacto con todas las referencias de los archivos coloniales y los archivos de los siglos XIX y XX, que ya están clasificados y catalogados. El próximo año saldrá una nueva versión del Argena. También para el año entrante, y hacia fines del sexenio, pretendemos lograr al cien por ciento la organización y descripción de estos fondos de los siglos XIX y XX.
      Independientemente de lo que es el acervo documental, tenemos una mapoteca maravillosa de ocho mil testimonios pictográficos coloniales, un centro de documentación gráfica, varios archivos fotográficos privados, entre los que destaca el de los hermanos Mayo, que cuenta con cerca de ocho millones de negativos. Existen otros más pequeños, pero igualmente importantes, sobre la vida cotidiana de nuestras provincias, de fotógrafos extranjeros que recogieron esas imágenes en sus viajes. Contamos con un taller de restauración en donde trabajamos la documentación propia del archivo general y brindamos toda clase de asesorías y entrenamiento a quienes lo solicitan de los archivos de los estados, ya sea con cursos al interior del taller o trasladándonos a las instituciones que requieran ese servicio.
      Por otro lado, hacia fuera tenemos el Sistema Nacional de Archivos que atiende toda clase de asesorías y trabajos coordinados; nuestro Archivo participa como parte del equipo en los estados y los municipios, para el rescate de los archivos tanto del Ejecutivo como del Legislativo y del Judicial, así como de los archivos municipales. Hemos involucrado a todos aquellos que nos quieran ayudar. Tenemos a promotores culturales, a jóvenes conscriptos del servicio militar, investigadores e instituciones culturales que desean colaborar y entre todos hacemos un gran equipo que atiende a los archivos municipales en los estados que así lo solicitan. Ahora estamos trabajando de esta manera en Oaxaca, Chiapas, Sinaloa, Baja California, Campeche y Puebla, ahí se están atendiendo los lugares más marginados, porque tanto en Oaxaca como en Puebla los municipios de la sierra tienen difícil acceso por vías normales, y con la finalidad de que esos archivos no se pierdan, estamos tratando de dar atención de manera prioritaria a las áreas más alejadas y marginadas.

      -¿En qué condición cree que se encuentran los archivos en el norte de México?
      -Hace falta mucho trabajo. Si bien estos archivos se han trabajado en otra época, tenemos altibajos, y en realidad no se ha podido dar continuidad ni revisión debido también a los cambios que se han dado en el gobierno. Ahora estamos tratando de hacer un proyecto en la frontera norte para rescatar los archivos limítrofes o aquellos que, aunque no están en la exacta línea fronteriza, han jugado un papel importante. En Chihuahua entramos en contacto con la directora del INAH y junto con ella, nosotros trabajaremos en el levantamiento de un inventario y un registro de los archivos de esa entidad. Por otra parte, tenemos fuerte relación con Tamaulipas, porque sus autoridades están interesadas en trabajar sus archivos. Los archivos municipales de Nuevo León son los que están en mejores condiciones y allá el Archivo General del Estado trabaja en conexión con sus archivos municipales lo mismo que aquí en Coahuila, donde están perfectamente organizados por regiones, lo cual es un ejemplo a seguir.

      -¿Qué importancia tienen las nuevas tecnologías para la difusión de los materiales ya organizados?
      -Son un valiosos instrumento: tener en discos compactos o en computadoras los registros de los archivos ayuda a difundir los acervos a un mayor número de personas. Coahuila es el estado con mayor adelanto en ese sentido. Tiene todo recogido en estos medios electrónicos, ha publicado unos veinte discos compactos de sus fondos y sus acervos históricos, y consideramos que hacia allá debemos caminar. Pero eso requiere una fuerte inversión económica con la que no cuentan todos los archivos, si la tuvieran, creo que sería una magnífica ayuda.

      -Por último, ¿cómo percibe a los jóvenes de hoy en torno al estudio de la historia?
      -Yo siento que cuando a la juventud se le encamina y se le hace sentir el valor de la historia, lo que representa el conocimiento histórico y se les sensibiliza para entrar en contacto con los archivos, ellos son los mejores propagandistas de este trabajo. Y no sé qué tienen los archivos, pero en el momento en que se trabaja en ellos, ya difícilmente se les deja. Los jóvenes son el futuro de nuestras instituciones y convocarlos tiene que dar excelentes resultados a futuro. Por ejemplo, los jóvenes de La Laguna que estuvieran interesados en trabajar en el AGN, pueden escribirnos y enseguida haríamos el contacto con las instituciones de aquí; también pueden dirigirse al Archivo de la UIA o a los archivos Municipal o Estatal, ya que todos trabajan muy bien y siempre tienen la necesidad de colaboración estudiantil. Todos los archivos solicitan servicio social y está claro que los jóvenes son una gran ayuda. A los que se interesen por trabajar en archivos sólo se les pide que, preferentemente, tengan un perfil que se incline hacia las ciencias sociales.