La cultura, | ||||
puente entre América Latina
y el Caribe Luis Fernando Brehm Carstensen | ||||
LUIS FERNANDO BREHM CARSTENSEN
Coordinador Nacional de Vinculación con Universidades e Institutos de Educación Superior de CONACULTA. |
La cultura es la manera con la que el ser
humano, la comunidad y la sociedad responden a las preguntas de la vida en el escenario
del espíritu. En la medida en que la persona
se eduque más, podrá responder mejor a
estas preguntas. Por tanto, la educación se
inscribe en la cultura: a fin de cuentas, nos
educamos para la vida.
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Jugando con los azares para una escritura, Borges nos permite ubicarnos en el mirador de la subjetividad y encontrarnos con la tranquilidad para hilvanar tejidos de pequeñas palabras que señalen, desde la arbitrariedad, presencias que tocan el espíritu, desde un "Epílogo": Un hombre se propone la tarea de dibujar el mun-
Al hablar de América Latina, con fonemas de amor y libertad, Simón Bolívar dice: Nosotros somos un pequeño género humano;
América Latina y el Caribe: una
pluralidad cultural que se teje en la unidad, de
una plurifonía a una armonía en el
pentagrama, siempre en la "búsqueda de nuestra
expresión", como pedía Pero Henríquez Ureña,
la cual hemos atrapado y seguimos creando. América Latina y el Caribe, realidad de
lenguajes pretéritos que se simbiotizan en la
historia y aparecen en el presente como unidad perfecta (europea, africana, indígena...),
siempre con sentido de futuro.
En la playa he encontrado un caracol de oro
El soneto es un monumento perfecto de absoluta simetría verbal, en donde se plasma el mejor de los modernismos. El simbolismo, el parasianismo, los mitos griegos, nos llegan con el oleaje, y también con Cardona Peña, en una "Lectura de Virgilio" desde Costa Rica: ...la voz de Eneas, que traía
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Con la cultura grecolatina, llegan a Latinoamérica y el Caribe múltiples formas preexistentes como el soneto, la lira y el romance, que entra por todas partes y se vuelve copla llanera, corrido, canción... La música, la danza, los vaivenes del ritmo con los que nos educan en la sensibilidad, signos de encantamiento de culturas africanas, engendran riquezas de pentagramas entre la samba y la rumba, la cumbia y el reggae, los spirituals, los labor songs, el blues, el jazz, notas y composiciones para nuestro recreo; creaciones, juegos y flores de palabras, jitanjáforas, poemas de color y alegría como los de Nicolás Guillen: Sóngoro, cosongo,
Con la música ya en la palabra, con la virginidad del trópico, la sensualidad de la tierra caliente de las Antillas y el Caribe, son recogidas y cantadas por Emilio Ballagas, ya con fruta sabrosa y colorida: ¡Qué me cierren los ojos con uvas!
Ya como imagen marinera de ola y espuma: Por la calle va el pregón
Dentro de esta poesía, escrita para cantar, se escucha la voz de Linton Kewesi Johnson, desde la intimidad jamaiquina: Ahora nosotros venimos a recrear
a la medida del sentimiento
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Otra de las maravillas históricas que nos hace ser una rica simbiosis, una singular presencia, es la de las culturas prehispánicas, que ya eran, cuando Europa vino a conocer a América Latina y el Caribe. Con la poesía lírica azteca se nos plantea la necesidad de que nuestra vida tenga sentido: ¿Qué hará mi corazón?
¿Nada dejaré en la tierra
Nuestros primeros habitantes de la tierra latinoamericana y caribeña tenían un profundo cariño por la poesía, con ella, por ella misma, se ofrece una axiología que está en todo: La poesía oculta sin palabras canta.
Pluralidad de culturas en una nueva realidad cultural, la de América Latina y el
Caribe, caminando hacia la unidad que tanto anhelaba Martí, la de la igualdad de los
seres humanos, rechazando, como anotaba,
"diferencias de detalles", social, racial y político.
Palabra
La poesía recorre las avenidas de los siglos y circula sin que nadie le haga la parada. Por eso le duele al brasileño Haroldo de Campos la actualidad: Poesía pues sí
Sin embargo, Borges siempre entra al escenario de la vida con tino, y nos señala que
a pesar de que la ignoren, la palabra
-diríamos, la poesía- es necesaria, porque sin ella
nada se nombra:
Es tan indispensable la palabra, que no sirve sólo para la expresión y la
comunicación, para nombrar: "La palabra
-escribe Octavio Paz- no sólo dice al mundo,
sino que lo funde y lo cambia."14 El poeta
crea nombrando. El hombre necesita la palabra
para hablar del silencio, como "la voz
de Adán aquella tarde -canta Rafael Moya- cuando fue creado el
paraíso."15
No me ocultes tu canto
Inmerso el poeta en la naturaleza, se identifica con ella, le otorga a las aves cualidades que no tienen, para expresar en el poema su estado anímico, como lo hace el panameño Ricardo Miró: Las garzas se enamoran...
Con el poeta siempre aprendemos a ver los detalles significativos, a caminar con la imaginación por compañera y a decir con sencillez lo que ocurre a nuestros sentidos, como lo canta el salvadoreño Alfredo Espino: ...un pajarito de la montaña ha hecho,
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Guiados por la poesía, nos internamos en senderos cubiertos por verdes de infinito y murmullos de río, y evocamos con gustos estrenados, presencias de solos de flauta y enseñanzas guaraníes, para saborear la vida. Imágenes de palabras como pinceles nos dejan ver un vuelo de flamencos y de loros, desde signos pasados que aún tienen frescura con el paraguayo Eloy Fariña: La remota bandada avanza[...]
De los pasajes de sueños que se tornan flores y frutos redondos, el ecuatoriano Jorge Carrera Andrade, siempre en la intimidad y con juegos de trascendencia, nos enseña -porque nos pone entre los signos- a sacarle jugo a una manzana: Un recuerdo del paraíso
De este paraíso natural que es América Latina y el Caribe, el hombre y la mujer son el mayor atractivo, los seres más importantes de la creación que ellos mismos nos dan, como poetas, en líneas de armonía, de ese vivir cotidiano y dolorido del campesino sin letras. Así lo descubre el dominicano Fernández Spencer: Un día llegan los hombres
Pero Julio Herrera y Reissig, el clásico uruguayo, pinta una típica escena campirana que sigue habitando entre los pasados y el presente, un sabor de tradición, que es juego, faena, fiesta, dejo de tristeza y gozo: La tarde paga en oro divino las faenas...
Mirando con ojos largos por entre las rendijas del tiempo, escuchamos y vemos de folklore antiguo y siempre estrenado, "La pelea de gallos," fiesta para muchos de nuestros habitantes de América Latina y el Caribe, que viajan de feria en feria, como lo plasma Andrés Bello desde hace más de dos siglos: Una mañana de Pascua
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Estas miradas del poeta sobre el ser humano y sus quehaceres no dejan de ser presencias que observan desde el exterior. El poeta ha dicho lo que le dicen los lenguajes, pero, de pronto, se vuelven hacia sí mismo, y empieza a decir desde su yo poético lo que le afecta. Así nos expresa el amor y el desamor, el sí y el no de sus gozos y entrega lo íntimo de su ser, en variedad de tonos y matices, ritmos y corriente poética. El amor es, a veces, un "viaje inútil" como lo siente la boliviana Yolanda Bedregal: Estoy [...]
La emoción que se hace palabra, siempre aquieta el espíritu, sea de agrado o de malestar. Al decir el poeta en el poema, o tal vez, como decía Octavio Paz, porque "el poema nos dice", el lector se sintoniza con los signos del afecto y siente que algo cambia en él, así el argentino Juan Gelman, toca nuestra interioridad: Niño, tus cuatro letras de ternura
Para el cubano Ángel Augier, hombre de afectos y de saberes, de paz y de silencio, como su poesía, el poema es un encuentro de palabras, en donde la vida permite sonreír al hombre entero y encontrar siempre una salida desde la propia expresión: Le pediré a la vida que se ponga contenta
En América Latina y el Caribe, aunque estamos con frecuencia acostumbrados a ver circunstancias maravillosas en la realidad, no deja de sorprendernos y admirarnos la aparición de la magia y de los milagros, sobre todo cuando, gracias al amor, todo se vuelve gozo, sin que se pueda explicar el porqué de la ocurrencia del amor, como nos lo muestra la escritora haitiana Micheline Dusseck, en muy agradable prosa poética: Abrió la puerta y le alcanzó en plena cara el perfu-
¡Ojalá que todo en la vida fuera amor y risa abierta! Al hombre y a la mujer también les duele el viento y la lluvia, los abate la rutina, con la etiqueta de la inutilidad, de esa sensación quiere salir el yo, de ella queremos separarnos, como señala Pablo Neruda en "Walking around": No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
De los sentimientos del yo, el que a veces aparece desde temprano es el de la soledad. Nosotros sabemos de ella, porque ya ha estado entre nosotros, o porque nos está esperando en alguna parte del camnino. La soledad de pronto es apetecible, de repente rechazable. Ni buena, ni mala: pero hay que saber qué hacer con ella, y cambiarle la cara cuando no viene de buenas. Múltiples rostros de ella canta el poeta guatemalteco Luis Cardoza y Aragón, y nos la presenta como si se refiriera a un tú concreto: Yo recuerdo tu descanso de lluvia
Sin duda, la simbiosis perfecta del dolor y el amor generada por los grandes males de nuestro mundo -el odio, la ira, la guerra-, aparecen en César Vallejo, que nos pasea por las profundidades del alma, mostrándonos el infinito poder del amor que produce la resurrección: Al fin de la batalla,
Se le acercaron dos y repitiéronle:
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
Lo rodearon millones de individuos
Entonces, todos los hombres de la tierra
Con los ojos fijos en este puente de la cultura entre América Latina y el
Caribe, hemos también escuchado algunos signos
de poesía que vienen de cada uno de nuestros países y tocan nuestra sensibilidad, desde
el remoto pasado de la poesía precolombina, hasta el presente.
La mariposa volaba entre los autos
La mariposa no dudaba:
1 Brehm Luis Fernando, Del humanismo y la
palabra, CONACULTA, México, 1997, p.21.
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