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1. ¿Por qué educar?
La educación debe participar activamente
en la vida y el crecimiento de las sociedades. En todas las épocas, las sociedades
presentan cambios que requieren de una
actualización educativa que le permita al individuo
acondicionarse a las nuevas exigencias del mundo moderno, generar las normas válidas para
una vida armónica y social más acorde a tales
exigencias y sobre todo, una formación para
lograr la estabilidad de las relaciones sociales
y políticas como sucede en la actualidad.
La educación representa el sentido de la vida llámese social o individual, es la que
ayuda a orientar el quehacer para nuestra existencia común. El modelo educativo
centrado en el humanismo debe formar al hombre y a la mujer para aplicar
principalmente un servicio hacia la sociedad y a la
vez, para alcanzar su propia felicidad.
Los educadores de hoy no podemos
pasar sin ver la realidad actual: no se vale
navegar con la bandera de la ingenuidad. Estamos obligados a recrear las problemáticas del
momento, a echar mano de nuestra capacidad, así como de nuestra experiencia, a generar
un nuevo modo de ver y actuar en la realidad; es importante generar un pensamiento
más axiológico que dé sustento a una
educación con elementos formativos y que tenga
como finalidad a la conducta ética; la
educación valoral tendría como objetivo formar
sujetos éticos que tiendan a realizar valores
sociales fundamentales como la libertad y dignidad humana.
Actualmente, la lógica funcional en la
que se está educando es un modo de ver la
realidad, se prepara para competir y no para compartir... "el otro es mi opositor", asimismo para
ser individualista y consumista: no se
propicia la solidaridad con el grupo.
Por ejemplo, las instituciones educativas y en especial el sistema educativo
mexicano, hoy día se han preocupado por el
aspecto cuantitativo, es decir que sus
pretensiones han sido en el sentido de abrir sus
puertas para incrementar el número de
alumnos, profesores, salones, grupos y escuelas,
cubriendo la demanda, sobre todo a niveles
básicos, pero estos aspectos no han podido ser
claramente satisfechos, por lo que todavía
existe un rezago considerable. Ahora el reto
será atender tanto lo cuantitativo como lo
cualitativo, poniendo más énfasis en la calidad
de la educación y atendiendo otros
aspectos como programas, contenidos, propósitos
y objetivos, entre otros.
2. ¿Para qué educar?
Es indispensable que tanto las instituciones educativas como los docentes
comprendan que educar no es sinónimo de acumular
conocimientos. Ésta resulta una actitud
muy limitada. Lo más importante reside en
que los educandos, a través de la formación,
crezcan y maduren como personas, lo que
supone que los alumnos reflexionen, analicen y comprendan su propia realidad y trayectoria
de vida, generando con ello una manera
crítica de asumir su entorno.
A fin de cuentas, lo que se pretende es generar un pensamiento consciente, crítico
y creativo para responder de mejor manera a las exigencias de la modernidad e ir
dando solución a problemas reales como el
rezago educativo, la pobreza, la inseguridad, la corrupción, el riesgo, etcétera.
Para esto sería importante que los educadores, por medio de su práctica docente,
se plantearan en sus asignaturas diversos objetivos relacionados con el conocimiento,
las habilidades y actitudes, y que estos objetivos fueran claros y viables.
También es importante que haya calidad en los conocimientos técnicos y científicos
y que el alumno tenga, al obtener esta capacitación, la posibilidad de aplicarlos en su
beneficio y en el de la sociedad donde vive.
De igual manera, se requiere la
formación en valores para entender la tolerancia, la
justicia, la libertad, la democracia, la
solidaridad y que estos valores pasen a formar parte de
la vida cotidiana de los individuos.
Que el educando aprenda a ser responsable de su propia autonomía para "aprender
a aprender" y que poco a poco, logre ser un estudiante autosuficiente.
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3. ¿Cuáles son los principales
problemas de la sociedad frente a la educación?
Los principales problemas a los que se enfrenta el sistema educativo mexicano son la
pobreza, la desigualdad y la exclusión social,
la importación del modelo neoliberal
económico o modelo de sustitución de
importaciones que ha traído como consecuencia una
economía predominantemente global en los
siguientes aspectos: financiero, libre circulación,
mercancías y una economía superficial,
generando una devaluación del empleo,
mal empleo o sector informal, creándose un
orden de expectativas a la baja y una
domesticación social. Ante esto, los desafíos principales
son poner énfasis en la calidad de vida,
valorar más el presente, educar para el ahora,
educar para el cambio y generar un educando distinto cuyas características principales serían
la flexibilidad, la inclinación hacia la
democracia, la justicia y la seguridad.
La universalización de la cultura da
como consecuencia un conjunto de
características ambivalentes que generan un consumo
de sensaciones y no la experiencia de la vivencia. La contemporaneidad y el pluralismo
cultural rebotan en nuestro localismo y
provincialismo, ya que generalmente, nos aferramos
a nuestras tradiciones y esto se deriva de la inseguridad que sentimos frente a culturas
y tradiciones extrañas o extranjeras que
llegan a nosotros de golpe y si bien es cierto,
les tememos al principio, con el paso del tiempo nos vamos identificando con esas
nuevas formas transculturales hasta que "las
hacemos propias", generándose así una pérdida
de identidad que se refleja principalmente en los jóvenes que extravían el sentido de
su vida.
4. ¿Qué tensiones principales presenta el sistema educativo?
A las principales tensiones de nuestro sistema educativo es posible dividirlas en dos
sentidos: exógenas y endógenas. Dentro de los
aspectos exógenos podríamos decir que, en
primera instancia, habría que tomar en cuenta
lo siguiente:
1. El ambiente político, social y cultural que interfieren con el sistema educativo, ya que
como sistema abierto, tiene interacciones de
entradas de insumos que obedecen a formas pragmáticas y funcionalistas: prepararse
para competir, no para compartir.
2. En segundo lugar, las salidas, qué producto vamos a emitir a la sociedad:
seres sin solidaridad, individualistas, comenzando desde el aspecto familiar.
3. Por último, las demandas de la
modernidad: una domesticación social que
genera expectativas que sólo unos cuantos
pueden obtener y a las que la mayoría no tiene
acceso, llevándolos a la frustración.
Dentro de los aspectos endógenos:
1. En primer lugar estaría la
capacitación y la actualización de los profesores, así
como su vocación. El sistema educativo no tiene
la capacidad para ofrecer la preparación total
de sus elementos en todos los niveles. No ha existido una verdadera voluntad política
para la actualización; la demanda
tecnoeconómico exige a su vez un sistema educativo acorde a
la globalización mundial, lo que podría
generar una mayor preocupación por elevar la
calidad educativa; pero entonces surge el cuestionamiento acerca del sentido de esta
actualización que no sólo deberá responder a las
demandas globalizadas, sino que también deberán
hacerse esfuerzos por cuidar la calidad de vida
de los individuos a través de la educación.
2. En segundo lugar, tomaríamos en cuenta a los alumnos, quienes pasan a ser los
sujetos y no los objetos.
3. Como tercer punto estarían los
métodos pedagógicos.
4. Finalmente, lo institucional; es decir, las normas y políticas, así como los
sindicatos magisteriales que provocan tensiones en
momentos de ajuste, dificultando en ocasiones que se de un clima de tolerancia y
democracia.
5. ¿Qué principios o pilares fundamentales se necesitan
para la educación actual?
Es posible configurar un modelo
pedagógico condicionado y consecuente con nuestro
contexto social, basado en la estructura escolar,
el método pedagógico y los contenidos
educativos. Una estructura escolar que, ante la ley
e igualdad en los derechos, haga propicio el movimiento de la particularidad reflejada
en la generalidad y que, al mismo tiempo, constituya un medio ambiente cargado de valor
en el que se socialice al educando; métodos
pedagógicos que faciliten los aprendizajes
necesarios tanto para el desarrollo intelectual y
moral del alumno, como para que adquieran las habilidades, competencias y hábitos que
le permiten participar activamente en la creación cultural y, por ende, en la realización
de valores; contenidos educativos que contribuyan tanto a dar sustancia a las
disposiciones cognitivas y actitudinales, como a las
razones con pretensiones de validez que se puedan aportar en la acción comunicativa.
Puesto que el método y los contenidos adquieren significación gracias a la forma
en que se ejerce la práctica docente y a la
aplicación de una determinada didáctica que
da fundamento a la interacción educativa,
entonces, práctica y didáctica son condiciones
que hacen posible una educación para la vida.
6. ¿Qué aporta este seminario?
Haciendo una reflexión seria de este
tema, creo que en primer lugar es patente una responsabilidad inmediata de quienes
laboramos en la educación, ya que el camino es
largo y sinuoso, hay mucho por hacer, un tanto por rehacer y otro más por inventar y crear.
Tomando en cuenta los nuevos paradigmas que demanda la modernización,
es innegable el papel preponderante que la educación juega en nuestro país y en
América Latina, pero también es cierto que el
sistema educativo solo no podría resolver estos
problemas sin la cooperación de otros
sectores también muy importantes: se tendría que
generar una red de responsabilidades que
irían desde las voluntades políticas, pasando por
el sector salud y el de alimentación, así
como por una economía que promoviera
condiciones o niveles de calidad de vida para
todos. Con el fin de asegurar la permanencia educativa y generar expectativas de una
educación continua, se tendría que abordar la
problemática con una visión más estructural.
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