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GUILLERMO GARIBAY FRANCO
Alumno del sexto semestre de la licenciatura en Comunicación y presidente
de la ASA de la UIA Laguna. |
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ORIGEN Y CONTEXTO
Barcelona, durante las últimas décadas
del siglo XIX, vivía un ambiente de
constante transición, resultado de un fenómeno
de urbanización y dinamismo económico.
El Modernisme es el movimiento que mitiga la incertidumbre y el previo
estancamiento cultural, frente a un nuevo clima social
y cultural. Es innegable la relación entre
el proceso de modernización de Barcelona y este movimiento creativo.
Una nueva cultura urbana barcelonesa emerge, dotada de un profundo
sentimiento de identidad propia, acentuada en la
necesidad de diferenciación del resto del
Estado Español y de Europa. "Se piensa en
una Cataluña ideal, autónoma, liberal, culta
y cosmopolita".1
La concepción artística de Antonio
Gaudí es influida por los cambios locales y
paralelismos que permean su contexto. "La
arquitectura y el arte de Gaudí son tan
personales, tan autobiográficos, que separar la obra de
su autor es casi imposible, ambos se explican
mutuamente."2
Antonio Gaudí i Cornet, nació en
Reus (Tarragona) el 25 de junio de 1852, en el seno de una familia humilde; era hijo
de Francesc Gaudí i Serra y de Antonia Cornet
i Bertrán, su padre era calderero, como lo había sido su abuelo y bisabuelo. "Su lugar
de origen caracterizó su personalidad,
definida por la conjunción de dos tendencias
antagónicas: un temperamento crispado y
apasionado y una inteligencia ordenadora que
regía aquel ímpetu."3
Fue formado académicamente por los padres escolapios de Reus y en la Facultad
de Ciencias de la Universidad de Barcelona, para posteriormente realizar estudios de
arquitectura en la Escuela Provincial de Arquitectura de Barcelona, sitio de enseñanza
que fue definitivo para la maduración
artística que se vivía en aquel entonces.
Mientras realizaba sus estudios,
colaboró en algunos despachos de arquitectura con
el objeto de solventar sus estudios; los proyectos surgieron posteriormente, como el caso
del diseño de las farolas del Parque de la
Ciudadela, su primer trabajo independiente. En 1878, poco después de obtener el título
de arquitecto, conoce a don Eusebi Güell,
quien sería su mecenas y protector.
INTERPRETACIÓN REGIONALISTA
DE LA OBRA ARQUITECTÓNICA
Del desempeño arquitectónico de
Gaudí resultó una nueva síntesis superadora sobre
la cual establecer el fundamento de la arquitectura por venir, desde una visión
constructiva e innovadora; de aquí la importancia
de la genialidad e intuición en su proyecto.
Antonio Gaudí transgrede en su obra arquitectónica la estructura tradicional de
los movimientos históricos de la arquitectura,
se resiste a limitar el propósito de los
elementos esenciales de esta disciplina, aproximando
al lector por medio de ellos a una
dimensión más cercana a la intención de la obra,
comunicar al receptor su concepción tan única
y amplia de la vida.
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"Eliminar una lectura que vea en estas arquitecturas la facilidad y el encanto de
lo que brota casi espontáneamente, es algo
necesario para comprender la compleja trama a
través de la cual esta arquitectura alcanza
su propia definición".4 El proyecto
gaudiano merece una percepción unitaria y
global, desde teorías que sinteticen la totalidad de
las cuestiones que plantea la arquitectura.
Encuentro una ruptura gaudiana con el historicismo imperante en la arquitectura
del siglo XIX, por su dogma teológico
positivista, su postura cultural propositiva que
denota una resignificación de las artes, las
costumbres y las relaciones sociales y también, por
el carácter exuberante que surge de una convicción propia. Gaudí, como él mismo
lo afirmó, "volvió a sus orígenes",
inventó una nueva solución para enfrentarse a
cada circunstancia especial.
"Y, a medida que fue pasando el tiempo, se acercó cada vez más a lo que hoy
podemos comprender era su destino inevitable: unir como nunca antes en la historia de la
arquitectura, la forma y estructura de los
espacios, para que estos, a su vez, en forma, color
y textura, se aproximarán a la misma
naturaleza. Y especialmente a la naturaleza que
configura Cataluña: altas cimas, corpulentos
árboles, agrestes playas, soleados paseos y
ondulantes olas de agua cristalina."5
La estructura hipertextual de su obra invita al receptor a involucrarse en una
experiencia lúdica intrincada, manteniendo así
un vínculo más estrecho con el horizonte
de Gaudí, quien brinda a su creación un
carácter heteróclito inusitado y de efectos
visuales ingeniosos. Entre las innovaciones
presentes en su obra está el trencadis, el cual consiste
en la decoración con base en elementos cerámicos de reaprovechamiento de
edificios destruidos, que combinados
cromáticamente, aportan un sentido propio.
La trayectoria de su creación artística
es aislada, tanto sus obras civiles como
religiosas tienen un sello especial y sorprendente.
Es notable también su voluntad por contribuir
a la conformación de una identidad
catalana más compleja y dinámica.
La creación gaudiana, interpretada como proyecto regionalista, puede explicarse en
el esfuerzo de Gaudí por dotar de carácter
y alusiones naturales con características
propias de la región a la arquitectura, como en el
caso de la Casa Milá y a la inversa,
arquitecturizar la naturaleza por medio de la urbanización
y ornamentación de dichos espacios, como en
el Parque Güell. Tal concreción
gaudiana consiste en la aproximación a las leyes y
manifestaciones naturales para, posteriormente, crear una naturaleza humana.
Los testimonios de su obra presentan una rica variedad de repertorios, una
amplitud cultural cosmopolita, una búsqueda por
un sentido auténtico de la vida,
metafóricamente representada, cuya percepción
demanda agudeza para confrontar el planteamiento ecléctico.
Las obras que constituyen el conjunto gaudiano manifiestan diversos estilos como
el caso de la Casa Vincens y la villa "El Capricho", que cuentan con la
presencia estilística de la arquitectura musulmana
que se fusiona con otras intencionalidades; una voluntad innovadora es perceptible en
la búsqueda por acentuar en el diseño
del trencadis, contrastes y equilibrio, definiendo un estilo inédito como el del Pabellón
Güell; la influencia medieval aparece como
una constante, desde el carácter austero
del colegio Teresiano, hasta la
ornamentación característica del Palacio Güell; la
expresividad del barroco en la fachada de la
Casa Calvet; así como el neogótico presente en
la cripta de la colonia Güell, la edificación
de Bellesguard y la asombrosa creación del
Templo de la Sagrada Familia. Estilos de formas divergentes manifiestos y yuxtapuestos
entre sí, que reclaman un trato particular y
extensivo en cada obra.
En el contexto de Gaudí, el papel de la iglesia fue importante, ya que impregnó
de contenido cristiano su movimiento y el de sus discípulos, postura que los distingue
del resto de los artistas contemporáneos, debido
a su choque con la corriente burguesa transformadora y laica.
Es con el proyecto del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia en el que "la
arquitectura gaudiana intenta llegar a la síntesis
total".6 La gran catedral de inspiración gótica y
estandarte de la más moderna arquitectura fue
el mayor proyecto de su vida, su más amado
y financiado sueño. Desde cierta
perspectiva este grandioso monumento parece
terminado, pero es tan sólo una portada, como si
se tratase de un escenario de teatro. Gaudí murió antes de poder terminarla, dejando
los planos completos y minuciosamente desarrollados.
La Casa Batlló (1904-1906) es
testimonio de su madurez artística, de un estilo
personal consolidado, interdependiente con la
historicidad artística, que marca la
interpretación naturalista gaudiana presente en más de
una de sus obras, ahora con un carácter
zoomórfico sobresaliente, como la silueta de
dragón perceptible en la cúpula, así como las
figuras de formas inéditas que evocan
monstruos, elefantes o seres marinos, tal vez propios
del mediterráneo.
La obra de Gaudí construye y promueve una concepción catalana basada en las
manifestaciones artísticas; su obra es poesía,
metáfora del contexto físico e ideológico; es
una experiencia onírica que sitúa su valor
fundamental en la esencia del acto comunicativo, en la expresividad de su
polifacética complexión.
VALOR TRASCENDENTAL
DE LA CREACIÓN DE ANTONIO GAUDÍ
Gaudí, a través de la concreción de su
creatividad en el arte, es capaz de transmitir
toda una experiencia humana, de proyectar un contexto propio y otorgarle una dimensión
de identificación universal. Es
trascendental la propuesta de su arquitectura, rica en
símbolos, imágenes y evocaciones; la riqueza
de sus composiciones que logran un carácter unitario, susceptible de sentidos
multidireccionales. "Convertía el espacio en cultura
de la dignidad humana, convertía los espacios
en piedras para dialogar, en bancos de dialogar, en azulejos para dialogar, creaba toda
esta conversión hacia una mejor colocación
del hombre".7
Al momento de su muerte en 1926, Gaudí tenía aún muchos proyectos por
realizar; sin embargo su legado constituye uno de los pilares de la arquitectura actual por
la riqueza de su obra, la innovación de su
propuesta representada en la síntesis y
amplitud de su horizonte y por su compromiso con
su propia esencia y con la de su pueblo. La escuela gaudiana trasciende, su estilo
tiene continuidad a través de la enseñanza, de
la escuela que funda en sus colaboradores y discípulos y en los seguidores de sus ideas
que comparten en la arquitectura aspectos sustanciales de su concepción estética.
El arquitecto catalán forma parte de
la experiencia cultural contemporánea, desde
su perspectiva ecléctica y su
adecuación arquitectónica, su obra logra
anticipaciones de muchos otros momentos y tendencias
del arte vigente, desde el expresionismo y el surrealismo, hasta el cubismo.
La concepción y creación de un
nuevo modelo urbanístico en el que la
naturaleza, en la época moderna, representa la
posibilidad de una aproximación a los orígenes de
la esencia humana, la urbanización de la
naturaleza y la remisión de los elementos vivos a
la arquitectura, son las características
más descriptivas de la aportación gaudiana.
Un subconsciente gaudiano surrealista, mitológico, poético, onírico, cálido,
esperanzador, ascendente, mediterráneo y
espiritual, busca salida y es transmitido a través de
roca, hierro, cerámica y vidrio. La genialidad y
la intuición son las válvulas de escape
que recrearon una obra universal, reflexible y motivadora.
La Sagrada Familia es su obra más conocida internacionalmente, identifica a
Barcelona alrededor del mundo; es una obra
artística que adquiere una dimensión
incorpórea, provista de valoraciones distintas en
cada época. Constituye una síntesis de su
proceso creativo, del dominio de la técnica y la
apropiación de una realidad fenoménica.
"En su disponibilidad para construir un templo, la arquitectura halla su sentido no
ya estético sino moral y por lo tanto,
trascendente".8 Por lo anterior, el Templo de la
Sagrada Familia es el proyecto gaudiano en el que
materializa una visión prospectiva de su
región, la cual debiera abrirse a la universalidad, a
la vanguardia artística y al bienestar
económico, sin mostrarse indiferente al estrato
espiritual de la condición humana. Esta obra es en
la que Gaudí plasma su voluntad pedagógica
de cristianizar a las masas, su labor
catequística asume valor en el evangelio pétreo de la
fachada del nacimiento, parte medular del edificio.
Bibliografía
Tarragó Salvador, Gaudí, Escudo de oro, España, 1974.
De Fusco Renato, Historia de la Arquitectura
Contemporánea, Celeste Ediciones, España, 1992.
Collins Peter, Los ideales de la arquitectura moderna:
su evolución (17501950), Editorial Gustavo Gili,
España, 1981.
De SoláMorales Ignasi, Arquitectura modernista: fin
de siglo en Barcelona, Editorial Gustavo Gili, S.A.,
España, 1992.
Martínez del Campo Saucedo Lorena,
Manifestaciones culturales de Barcelona (influencias en la
ceremonia iinaugural de los XXV Juegos Olímpicos
1992), Serie Espacios, n. 3,i Departamento de Comunicación,
UIA Santa Fe, México, 1998.
Güell Xavier, Antonio Gaudí: obras y
proyectos, Editorial Gustavo Gili, S.A., Barcelona, 1990.
http://www. wnet.es/gaudi/bio.gaudi.es.htm
1 Güell Xavier, Antonio Gaudí: obras y
proyectos, Editorial Gustavo Gili, S.A., Barcelona, 1990, p. 6.
2 Tarragó Salvador,
Gaudí, Escudo de oro, España, 1974, p.5.
3 Ibidem.
4 De Solá-Morales Ignasi, Arquitectura modernista: fin
de siglo en Barcelona, Editorial Gustavo Gili, S.A.,
España, 1992, p. 36.
5 Tarragó Salvador, op. cit., p.3.
6 De Solá-Morales Ignasi, op.
cit., p. 105.
7 Martínez del Campo Saucedo Lorena,
Manifestaciones culturales de Barcelona (influencias en la ceremonia
iinaugu-ral de los XXV Juegos Olímpicos
1992), Serie Espacios, n. 3, Departamento de
Comunicación, UIA Santa Fe, México, 1998, p. 423.
8 De Solá-Morales Ignasi, op.
cit., p. 88.
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